Amig@s del internet esto es una primera anécdota en Milán de las miles que puedo contar sobre los viajes. No todo siempre sale como esperas, no todo es bonito pero siempre de todo esto se aprende.

Tenía varios días para conocer la ciudad y el clima no era el más idóneo porque en abril aguas mil, ya se sabe. De todas formas el último día de mi estancia se vaticinaba como el mejor día, incluso soleado, así que en esas dispuse el plan. Recorrer y patear Milán durante los primeros días al máximo y como me sobraba tiempo intentar visitar el Lago di Como.

Cierto que puede parecer que Milán no tiene mucho que ver pero nada más lejos de la realidad. Fueron un par de días de algo más de 20 kms en las piernas cada día para llegar a puntos de interés, rooftop y postureo.
Llega el último día con madrugon de los guapos porque no sabía los horarios a Como (primer error – es aconsejable informarse un día antes). Esa mañana algunos carteles de la estación rezaban sobre posibles reparaciones en la ruta junto a cancelaciones, retrasos…cosa que te mete el miedo en el cuerpo.

Una vez en Como, fui directamente a puerto porque lo que me interesaba era conocer el triangulo de Bellagio, Menaggio y Varena. Así que sí, tras el retraso del tren y la horda de turistas que había, ya no pude coger el billete circular que recorre los pueblos. Solo pude comprar un billete que se dirigía a Bellagio y a partir de ahí…suerte amijo (eso debió pensar la mujer que me vendía el billete).

¿Qué creéis? ¿Eso me iba a detener? Para nada, durante la hora de trayecto que me llevaba a Bellagio fui pensando que hacer. Pensé visitar Bellagio en profundidad, volver por tierra en autobús y hacer una pequeña parada en Nesso, un pequeño pueblo que apenas tiene interés turístico pero guarda una hermosa estampa con una cascada.

No es cosa de justificarme pero después de varios días caminando a tope más el tute de ese día pasó lo que tenía que pasar.
Desde Bellagio hay un bus hacia Como que puede realizar paradas, hasta nuestro destino hay como una hora aproximadamente de trayecto, eran las 17:00pm aprox calculad que tenía 1h para llegar al sitio sacar unas fotos, en principio suficiente.
Me siento en ventanilla (segundo error – si estas cansado no busques comodidad) . Sabéis esta sensación cuando estas en la cama tumbado y empiezas a cerrar los ojos que dices seguro aguanto.

Me dormí, por suerte creo que no mucho, me desperté y grité «Mierda». Entre que me espabilé y me di cuenta de que el autobús se paraba si había alguien que lo solicitase… La «siesta» fueron saltarse unos 7-8 kms.
Bajé en medio de la nada (tercer error – si no estas seguro de donde te bajas más vale llegar al destino final) y me puse a caminar por esa carretera que en muchas de las curvas era necesario que uno de los coches se detuviera para dejar paso al otro, es muy estrecha!!

Con esta aventura por algo este vídeo ha gustado bastante

Pues mientras iba caminando me fui informando cual era el siguiente bus que pasaba por allí (el siguiente – último, pasaba por Nesso aprox 19:30). Recordar que nos habíamos bajado a las 18:00pm en medio de la nada a 7-8kms. Pues hice una bonita maratón corriendo por la carretera a la par que intentaba hacer autoestop. Digo intentaba porque no se paró ni Dios hasta falta de un par de kilómetros.
Por fin se detuvo un coche, conocí a Mohamed la verdad que este hombre fue un bendito porque encima se paro en un sitio que malo. No sé muy bien que me entendió cuando le explique lo que quería ver pero bueno él se transformo en Fernando Alonso y hicimos esos 3-4 kms restantes dignos del mejor tiempo en f1…madre mía que velocidad.

Niñ@s!!! ¿Qué hemos aprendido hoy? La Fórmula 1 se ve mejor desde el sofá con un zumito.

Yo creo que con la emoción este hombre se quedó un poco pillado y me dejó donde comenzaba el pueblo (1km cuesta arriba para llegar a centro) y sin ni idea de para donde tenía que ir. Pues nada, como tampoco había mucho margen de error y me quedaba una media hora para estar arriba decidí correr por lo que aquí en Asturias conocemos como caleiros y allí estaba…que bonita la cascada.

Y al final pensáis que terminó aquí la cosa, ¿verdad? NO. Logré llegar al bus claro, pero debía de tomar el tren desde Como a Milán. Llegué a Como para coger el tren, cuando os digo que al limite es deciros poco. Es que literal la gente estaba en el andén subiéndose al tren (de los últimos que había directo) cuando yo estaba pagando el ticket, es que no espere ni el cambio.
Llegué a Milán, fui al hotel a recoger el equipaje para regresar a Bérgamo y pasar allí la última noche. La había liado tan parda que el bueno de Ricardo (casero del alojamiento) ya se había preocupado y me escribió en Whattsap jajaja.

Este viaje tiene alguna liada más pero será para otra ocasión, así que, si os ha gustado esta hacérmelo saber que vendrán más.